Crítica: Lars y una chica de verdad, con Ryan Gosling
Lars y una chica de verdad (Lars and the Real Girl). Año:2007. Duración: 106′ País: EE.UU. Director: Craig Gillespie. Guión: Nancy Olivier. Música: David Torn. Fotografía: Adam Kimmel. Reparto: Ryan Gosling, Emily Mortimer, Paul Schneider, Kelli Garner, Patricia Clarkson, R.D. Reid, Nancy Beatty, Doug Lennox, Joe Bostick, Maxwell McCabe-Lokos.
Tu esperada e idealizada pareja perfecta en plástico y latex
Tras poder disfrutar de la reciente Her (2014), maravillosa obra de uno de los grandes del videoclip, Spike jonce, recordé una de mis cintas favoritas : Lars y una chica de verdad (Lars and the Real Girl, 2007) de Craig Gillespie. En ambas se nos muestra a ese hombre solitario, rodeado de la falta de entendimiento de sus propios semejantes, lleno de ideales efímeros y con esa incapacidad para poder hacer frente a los conflictos que surgen de las relaciones reales (cómo recrimina la ex mujer al protagonista de Her), que se aísla de forma progresiva hasta olvidar como era eso de entablar una conversación, eso de conocer a una persona sin miedo a comprobar que no es lo perfecta que imaginábamos a priori, y con el que todos podemos sentirnos identificados en algún momento.
Cada uno, a su manera, exterioriza esto de una forma diferente. Uno se gana la vida plasmando sus sentimientos, las palabras que quizá le gustaría decir o que le dijera esa persona amada en cartas para otros y acaba manteniendo una relación de amor con un programa informático, y Lars que refleja sus propios sentimientos, ideales e incluso neuras en ese cuerpo de latex y silicona llamado Bianca .
¿Y quién puede juzgarlos? La gente escribe en blogs, protesta al vacío, se queja alegremente de lo que cree justo o inusto parapetado tras una pantalla de ordenador, busca relaciones virtuales, parejas “a medida” a través de páginas de contactos, la respuesta a ese comentario, publicación o link en redes sociales esperando así llenar ese vacío, e incluso maquilla quien cree que es o quien le gustaría ser tras una identidad inventada y airea intimidades en la pantalla con una facilidad pasmosa. Siempre huimos o buscamos salidas superficiales cuando más necesitamos de la ayuda de los demás.
Con cada vez más frecuencia tiramos de especialistas cada vez que “necesitamos tener la cabeza en su sitio” cuando tenemos un problema o desorden emocional. En Lars y una chica de verdad se nos demuestra cómo si en nuestra cada vez más ocupada y apresurada sociedad sustituyéramos el egoísmo por la tolerancia y cediéramos un poco de nuestro tiempo habría menos gente en instituciones mentales y consultas médicas.
En un tiempo en que las comedias románticas parecen haberse quedado sin ideas novedosas ganándose la fama de fáciles y empalagosas, encontramos Lars y una chica de verdad, con un guion mucho más que original, unos magníficos diálogos y una dulce fábula brillantemente escrita por la debutante Nancy Oliver (guionista de la serie”A dos metros bajo tierra’”),que le valió una nominación al Óscar al mejor guión original .
Lars y una chica de verdad nos cuenta la historia de Lars interpretado por un Ryan Gosling, para mi uno de los mejores jóvenes actores de la actualidad. Como siempre brillante, capaz de transmitir profundos sentimientos simplemente con su mirada y sus muecas ,nada exageradas o sobreactuadas. Un joven dulce y muy tímido que apenas tiene relación con el exterior y que vive en el garaje de su antigua casa, habitada por su hermano (Schneider) y su cuñada (Mortimer) preocupados por sus soledad y aislamiento. Empeñados en que Lars salga de su letargo persiguen a Lars con invitaciones que éste rechazará con evasivas y situaciones de lo más hilarantes. Un buen día la esperanza y alegría llama a su puerta cuando Lars aparece para aceptar una de esas invitaciones avisando que traerá compañía.
Para el asombro de los suyos Lars aparecerá con Bianca, que dice ser la chica de sus sueños, dando lugar a una de las escenas más cómicas de la película con un expresivo y elocuente Paul Schneider que mostrará un repertorio de muecas de lo más variado. Aconsejados por una doctora (Clarkson) y con la intención de ayudarlo, todos y cada uno aportan su especial forma de integración de Bianca, que acaba convirtiéndose en un miembro más de la comunidad y teniendo su propia vida.
No nos dejemos engañar por el aspecto freak de su protagonista en el cartel y ese argumento con una historia a todas luces absurda y atípica, al finalizar el film la sensación será bien distinta, porqué no más lejos de la realidad esta historia tan entrañable nos mostrará de forma sensacionalmente cercana a unos personajes muy humanos y cotidianos.
Personalmente, todo el que me conozca sabe de mi atracción por las películas de carga psicológica, pero pocas, diría que en contadas ocasiones no me he quedado con esa sensación de haber visto algo a medias, con análisis de superficie, pues el acercamiento que se hace de los trastornos o perfiles suele ser bastante basto.
No es el caso de Lars y una chica de verdad, una película que pese a girar en torno a su protagonista nos hará disfrutar a fondo de unos insuperables secundarios y e incluso de unos terceros, parte de una comunidad que actúa como un perfecto coro a esas voces principales. Personajes que nos recordarán a ese tío, peluquero, tendero de toda la vida, generosos y de buen corazón, espléndidamente interpretados que nos mostrarán de principio a fin de toda una terapia conductista llevada a cabo por una Patricia Clarkson estupenda.
Esta original comedia canadiense con regusto a indie británico nos dejara buen sabor de boca , porque otro de sus aciertos está en la ausencia de antagonistas, todo es positivo en ella sin llegar a resultar empalagosa y buscar la lágrima fácil, empezando por ese pequeño pueblo que se vuelca con Lars, aceptando e incluso integrando a Bianca en su comunidad y terminando con un final a modo de fábula .
Realista y con cuidada fotografía, estética y vestuario de rollo retro dentro de ese nevado y frío pueblo con escenarios que nos resultarán conocidos y cercanos en muchas ocasiones , y la considerable cantidad de planos subjetivos, sobretodo en los espacios cerrados, es muy de agradecer teniendo en cuenta que estamos ante una agradable historia típicamente rural, con momentos de marcada intimidad.
Puede que la atención decaiga en algunos puntos de Lars y Una Chica de Verdad, que cuenta con unos cuantos altibajos, quizá encontremos que peque de inocente y sensiblona,y también quizá solo sea apta para unos cuantos tarados sentimentales capaz de entenderla (entre los cuales igual me encuentro yo), pero solo tras el final de la película te das cuenta de que siendo una propuesta que cuenta con tantos riesgos está bien equilibrada y que el conjunto general da lugar a una de los mejores productos del cine indie americano.
Tiene muy buena pinta. Gracias! La veré.
Un abrazo
Yo estoy por verla todavía 🙁 pero bueno, a ver si reparo eso en breve 🙂
Gracias a ti por leernos! Espero que la disfrutes y te transmita el mismo buen rollo que a mi cuando la vi 🙂
No sé. Siento no coincidir, pero francamente, me pareció como si una copia de ‘Tamaño natural’ se hubiera caído en un depósito de pachuli. Más que una peli de buen rollo, me pareció cursi hasta decir basta. Eso sí, Gosling se defiende bien.
Buff, mucha gente habla de Tamaño natural como referente, pero todo el mundo coincide en que el único parecido que tienen es el latex de por medio. Tanto el guion, como el tono de la película y el significado que se le da al objeto en sí son completamente diferentes. No creo que se puedan comparar cuando el único punto en común entre ellas es una muñeca… También creo, cómo apunto en la reseña, que esta película es de esas en las que se disfruta en función de tu personalidad y forma de ver las cosas, entiendo que haya gente a la que le resulte cursi…
Lo cursi no suele estar reñido con el buen gusto. Pero esto es lo tipico, para gustos los colores. No soy fan de Gosling, pero quizas algun dia me de por verla.
Poco puedo puedo decir porque no la he visto aún…tengo una lista de pendientes más larga que la guía de teléfonos.