Crítica: Danza Macabra, de Antonio Marguereti
Título: Danza Macabra. Año: 1964. Duración: 87′ País: Italia. Director: Antonio Margheriti. Guión: Sergio Corbucci, Giovanni Grimaldi. Música: Riz Ortolani. Fotografía: Riccardo Pallottini (B&W). Reparto: Barbara Steele, Georges Rivière, Margarete Robsahm, Arturo Dominici, Silvano Tranquilli, Sylvia Sorrente.
Antonio Marghereti y el cine gótico italiano
Un periodista británico que intenta entrevistar a Edgar Allan Poe durante la visita que el escritor americano hace a Londres termina liado en una curiosa apuesta. Un noble llamado Lord Blackwood le desafía a pasar esa noche (la de difuntos) en una de sus propiedades: una mansión supuestamente embrujada. De la que, por cierto, no ha salido vivo ninguno de los que, con anterioridad, han intentado hacer lo mismo. Como es natural, el periodista acepta el reto.
El cine itailano de los años sesenta y de los setenta, contrariamente a lo que se cree, resulta ser una amalgama de variopintas sorpresas, no solamente en lo referido al cine fantástico, también a otros géneros como «la comedia a la italiana», el «spaguetti-western» o el «poliziesco». Dentro del cine de terror, la variedad de sus temas, estéticas y formatos también da muestras de lo que fue una industria que exhibía cierto vigor y regularidad en sus producciones. Si esta etapa del fantástico se tuvo como enseña el prolífico género del «giallo», los directores que se harían ultrafamosos por esta vertiente genérica -más cercana al thriller que al terror- se toparían previamente con la ejecución de un tipo de cine menos conocido hoy en día, quizás por contar con un número menor de producciones, que en algunos casos rozaban una artesanía cuasi primitiva.
Podemos hablar con propiedad de la existencia y consolidación del cine de terror gótico italiano, deudor de la estética universal y del morbo «hammeriano», que contó como puntas de lanza con directores que después se reciclarían para la industria en el citado giallo; entre estos nombres suenan con fuerza y entrañable recuerdo Ricardo Fredda, Mario Bava o Antonio Margheriti. Si el nombre de los dos primeros aparece en las crónicas de género como auténticos visionarios de esta revisión a la italiana del terror gótico, Margueriti siempre fue un realizador más ecléctico y todoterreno, que contó sólo con un puñado de títulos para defender su lugar en el podio de este género.
Firmando como Anthony Dawson -pseudónimo que Margueriti solía usar para rubricar sus obras de cara al mercado exterior-, el realizador romano filma en 1964 lo que sería una de las piezas clave del gótico italiano, Danza Macabra (1964), cinta en la que se combinan con maestría algunos de los tópicos del género, amén de tener un excelente tratamiento fotográfico y un elenco muy bien escogido: Barbara Steele y Georges Rivière como protagonistas principales, y Silvano Tranquili interpretando al mismísimo Edgar Allan Poe, personaje clave en el film y, aparte, motivo de sonoro homenaje al escritor, inspirador sin duda de esta historia de carácter necrófilo y de amor de ultratumba. Margueriti apuesta por que en parte de la cinta el principal protagonista, Alan Foster (Rivière) sea un espectador pasivo de los trágicos hechos que motivan la maldición que recae sobre la familia Blackwood. Barbara Steele interpreta a Elisabeth Blackwood, en un papel más conciliador y dulce que el que luce en otra de las obras fundamentales del gótico italiano, La Máscara del Demonio (La Maschera del Demonio, 1960), firmada por Mario Bava.
Danza Macabra cuenta con elementos narrativos de marcado carácter sexual, como la relación sexual en off de Elisabeth y Foster, o la relación explícitamente lésbica que Julia Blackwood (Margarete Robsahm) quiere mantener con la propia Elisabeth. Sin duda, el magnetismo sexual de ambas actrices queda patente en cada plano, en unos se saca partido de la inocencia y sensualidad de Barbara Steele, con su tez pálida y sus enormes ojos negros, y en otros de la imagen matriarcal y dominatrix de Margarete Robsahm. Aún, la película cuenta con el personaje de Giovanni Cianfriglia como Alan Karson, monstruo celoso y asesino bajo la apariencia de galán despechugado y decimonónico que representa la brutalidad y la crueldad -sin refinamientos, alejado de ese otro galán prototípico que encarnó Christopher Lee en La Frusta e il Corpo, 1963– dentro de este fresco gótico al que no le falta ningún convencionalismo del género, y al que quizás le venga sobrando ese giro final hacia los comerciales derroteros a los que la industria condujo el guión de Danza Macabra, la inclusión, con calzador, de un determinante elemento vampiríco que no era necesario para dar empaque y fuerza a este título, título que, gracias a su factura y a la labor de sus protagonistas, ya había adquirido a ese punto fuerza más que suficiente para enganchar al espectador.
La editora independiente 39 ESCALONES añade el título DANZA MACABRA a su colección Clásicos del Terror, una buena noticia que los aficionados celebramos por la excelente calidad de su imagen y su audio: versión original en italiano, con subtítulos en castellano. El DVD cuenta con la introducción del crítico Ángel Gómez Rivero y se le añade como extra un cortometraje perteneciente al proyecto Nuevos Realizadores, La Última Víctima (2011), de Ángel Gómez Hernández, protagonizado por José María Galeano y Macarena Gómez.
Es cierto, suele ser un cine con bastante sabor, quizás denostado desde una postura un poco elitista. Sin embargo, he de reconocer que con las cintas de Bava y Margheriti siempre me llevan al extremo: o me resultan muy interesantes y aprovechables, o no las aguanto. En esta, que salga la Steele ya es un punto.
Acompáñala con La Máscara del Demonio, que también sale la Steele, sin duda dos películas muy complementarias que hacen muy buen juego.
‘La máscara del demonio’ sí la vi. Me encantó la sensación cíclica de la historia unida a esa soberbia atmósfera de la, por supuesto, los desmesurados ojos de Barbara Steele formaban parte.
En general, Bava me suele gustar más que Margheriti.
Es mucho mejor Bava, totalmente. Pues echa un vistazo a otra que menciono que se llama La Fusta e il corpo, que verás a Christopher Lee de galán de novela romántica en plan castigador jeje.
Haré caso, que además la tengo ahí en la pila de ‘pendientes’ desde hace algún tiempo.
Esta no la recuerdo. La mascara del demonio si y en cuanto a terror serie b todo un clásico con una atmósfera cutre impresionante. Donde la riqueza de detalles pobretones valen por cien peliculas de infinito presupuesto y resultado nefasto…..
El trabajo de fotografía es colosal, sin duda, algo que enriquece sobremanera el conjunto. Todo un subgénero a descubrir este del gótico italiano.