Crítica de Abraham’s boys: a Dracula story, de Natasha Kermani
Abraham’s Boys: A Dracula Story. Año: 2025. Duración: 89 min. País: Reino Unido. Dirección: Natasha Kermani. Guion: Natasha Kermani. Historia: Joe Hill. Reparto: Titus Welliver, Jocelin Donahue, Judah Mackey, Aurora Perrineau, Brady Hepner.
La interesante directora Natasha Kermani nos trae una nueva lectura del universo del Conde Drácula basada en el cuento de homónimo de Joe Hill, Abraham’s boys: a Dracula Story. Han pasado dieciocho años después del incidente relatado en la novela de Bram Stoker y Abraham Van Helsing emigra a Estados Unidos, donde es poco conocido y puede verse ajeno a contubernios del más allá. Ahora está casado con Mina Harker y cuida de ella y de su frágil salud física y mental.
Pocas obras literarias han dado para tantos giros y spin off como el Drácula de Bram Stoker. A la infinidad de variantes de la historia original unimos la creación de universos paralelos, pretéritos y futuribles, fantasías y hasta caídas en el realismo sucio. La pléyade de títulos es interminable. Y a esa lista se une Abraham’s boys: a Dracula Story, un título que se sale por la tangente y tiene un punto de vista más psicológico que terrorífico; Natasha Kermani construye un thriller de época donde el tono western emerge con sus rasgos más característicos.

Titus Welliver interpreta a Abraham Van Helsing, el temible cazador de vampiros, que ejerce una presión casi tiránica sobre el personaje de Mina Harker, interpretado por Jocelin Donahue (vista en Offseason), y sus hijos. Encerrada en un opresivo régimen de soledad, Mina vive acosada por los fantasmas del pasado, con Van Helsing como preclara figura de redentor y celoso esposo. Por otra parte, los hijos de Van Helsing comienzan, muy a su pesar, a seguir los pasos de su padre. Abraham’s boys: a Dracula story cuenta con pocos personajes pero sus extraordinarias interpretaciones son determinantes para llevar la película a buen término, y entre todas ellas, la elección de Titus Welliver como Van Helsing, es la decisión mejor tomada del casting.
Volviendo a Abraham’s boys: a Dracula story, y sin que seamos indiscretos con su argumento y desarrollo, cruciales estos aspectos para deleitar las sorpresas que nos depara, nos encontramos con un tono recio y medido, oscuro y asfixiante, y también desconcertante. Lo medido de las interpretaciones complementa una puesta en escena brillante, donde la dirección de arte ha respetado escrupulosamente aspectos como el vestuario o el mobiliario del set. Es impresionante el trabajo que debe haber costado a producción poder disponer de un mobiliario tan fiel a la época.

El espectador quizás busque algún tipo de orgía vampírica de serie B a lo Abraham Lincoln: cazador de vampiros, pero no se encontrará nada cercano ni por asomo. Abraham’s boys: a Dracula story es un filme sobrio y cuya opresiva atmósfera no está tanto en el set de rodaje como en las interpretaciones de los personajes y en los malsanos vínculos que se establecen entre ellos. Para los amantes del cine de vampiros, Abraham’s boy: a Dracula story es un must que no deben perderse, esperen lo que esperen de este título.








