Crítica El 7º día, una película de Carlos Saura
Título: El 7º día (El séptimo día). Año: 2004. Duración: 106 min. País: España. Dirección: Carlos Saura. Guión: Ray Loriga. Música: Roque Baños. Reparto: Yohana Cobo, José García, Juan Diego, José Luis Gómez, Victoria Abril, Ramón Fontseré, Eulalia Ramón, Carlos Hipólito, Ana Wagener, Mariano Peña, Oriol Vila, Juan Sanz, Elia Galera, Carlos Kaniowsky, Antonio de la Torre
La escasa repercusión que tuvo El 7º día (2004) en la taquilla y el poco eco del que se hizo la crítica, excepto por lo anecdótico de dramatizar uno de los crímenes más sangrientos sucedidos en España, responde al complejo de inferioridad que mostramos ante nuestras raíces culturales y nuestra historia. Mientras aupamos películas extranjeras que tratan sobre crímenes reales, parece que poco queremos saber sobre aquello que ocurre en nuestra piel de toro, como si volviéramos la cabeza ante lo que somos, ante esa España de la que, nos guste o no, formamos parte. Al menos existen obras como ésta, y realizadores como Carlos Saura, para trascender esa escasez de interés por nuestro carácter, y convertir una historia como la matanza de Puerto Hurraco en un fresco sobre una época, la década de los 90, que supuso el inicio a nuestra modernidad: la matanza de Puerto Hurraco o el exorcismo de Almansa son crímenes que forman parte del pasado de una nación que dos años después iba a celebrar unas olimpiadas y una exposición universal.
Los primeros planos de la película son instantáneas en blanco y negro en las que aparecen extensos campos de cultivo bajo un sol de respeto, capturas de un paisaje que modela el carácter de sus gentes y sus experiencias vitales. A continuación, una de las protagonistas presenta una historia que ya sabemos real, pero a la que se le han cambiado los nombres de los personajes. La película relata el origen de una reyerta familiar que se extiende durante dos generaciones, y cuyo desenlace, ya conocido, termina con una masacre a tiros en un pequeño pueblo extremeño cuyo nombre no se menciona. El guión de Ray Loriga, sólido y pictórico, analiza a cada uno de los personajes implicados en la masacre de forma directa o indirecta: perpetradores -los hermanos Izquierdo-, víctimas de la venganza, y aquellos que también lo fueron, aún con no tener nada que ver con el rencor que pudría la sangre de los Izquierdo. La impecable y pormenorizada radiografía del guionista no solo se ciñe a la plasmación puntual de los hechos y sus motivos, también llega a la disección del sentir y el vivir en aquella época y su contexto.
Carlos Saura plasma en imágenes el guión de Ray Loriga, siendo él un realizador que nunca ha eludido su responsabilidad a la hora de retratar a España tal cuál, sin ambages y sin el engañoso tamiz de la posmodernidad. El 7º Día elude el efectismo y la sobreactuación, está rodada con una fotografía limpia y luminosa, sacando un gran partido a un paisaje duro, que roza lo yermo, pero aún así acogedor y netamente hispano. La música de Roque Baños y algunas canciones que introduce en el metraje dinamizan gran parte de la acción de la película. Saura juega así con el contraste entre la nueva generación de españoles, las tres hijas de uno de los matrimonios protagonistas, que bailan y cantan canciones modernas, con la generación que va a abandonar para siempre nuestra historia, la de los hermanos Izquierdo: José Luis Gómez, uno de los intérpretes, canta melancólicas coplas a capella.
El reparto es otro de los pilares en los que se sustenta este titulo. Destacable es la actuación de Victoria Abril, Juan Diego o José Luis Gómez, brillantes intérpretes que dotan a sus personajes de una humana profundidad, trasuntos de los verdaderos protagonistas que muestran en sus rostros su odio, su impotencia y su ira. También nos apiadamos de ellos, víctimas de una España que se encontraba en un momento cambiante y cuyos pecados también los debemos hacer nuestros.