Ficha artística

Año: 2014

Duración: 95 min

País: España

Director: Jaume Balagueró

Guión: Jaume Balagueró, Manu Díez

Música: Arnau Bataller

Fotografía: Pablo Rosso

Reparto: Manuela Velasco, Héctor Colomé, Mariano Venancio, Críspulo Cabezas, Paco Manzanedo, Emilio Buale, Ismael Fritschi, María Alfonsa Rosso, Carlos Zabala,Khaled Kouka, Paco Obregón, Javier Laorden, Cristian Aquino

Productora: Filmax

El barco del terror

Desde el inicio de la saga REC en el año 2007, con ese experimento de terror de bajo presupuesto que supuso la primera entrega, la franquicia creada por Jaume Balagueró, Paco Plaza y el productor Julio Fernández no ha parado de cosechar éxitos dentro y fuera de nuestras fronteras;  REC fue estrenada en un momento en el que el cine zombie inauguraba una nueva variante de muerto viviente, no tan muerto, el del «infectado», sujeto que por acción de un virulento virus perdía todo sentido del ego y la conciencia individual y se lanzaba a la llamada del instinto, aunque en este caso el ansia caníbal se sustituía por una pertinaz ansia de propagar el virus a sus congéneres sanos; a ello se unía una fortaleza física y una velocidad en los movimientos a años luz de su homólogo nacido en el american gothic y sus precursores haitianos. Aún así, la figura del infectado y del zombie son dos variantes tan complementarias como imprescindibles para el cine de terror posmoderno, caras de una moneda que vuelve sobre esa lectura del individuo como una criatura que saborea las exiguas mieles de la racionalidad y la civilización, quedando rehén de las pulsiones caprichosas de una masa que se rige por la más absoluta sumisión a sus instintos, ya sean naturales -como el caso del canibalismo o la violencia- como creados -el consumismo del que son víctimas los protagonistas de Zombie (1978) de George A. Romero-. El «infectado» no necesita demasiada ayuda para rebelarse contra el sistema capitalista-racionalista en el que vive, simplemente una gota de sangre, un poco de saliva o una arañazo harán que la persona más cabal acabe siendo una auténtica bestia parda que propaga su ponzoña de forma exponencial, un Apocalípsis en cuestión de horas.



Esta nueva forma de Apocalípsis que nos amenaza a la vuelta de la esquina es la que el dúo de cineastas, Balagueró y Plaza, supo visionar. Concebida casi con seguridad como un apéndice de 28 Días Después (28 Days Later, 2002) buscando una óptica distinta para esa plaga globalizada extendida en nuestra cultura popular, REC nos  presenta a un puñado de personas normales sometidas a la presión de un contagio tan rápido como violento e irreversible. La película de 2007 además cuenta con la novedad de estar rodada al estilo found footage, otorgando un gran verismo a la acción y regalando al espectador un gran protagonismo de la misma, la sangre y la oscuridad se mezclan de forma magistral en planos amontonados y frenéticos. Pero no sólo la ambientación de la película era capaz de emocionar y asustar sobremanera al público, el hecho del mero contagio llegaba tan cerca de las butacas del cine que la experiencia REC se ha convertido por derecho propio en un clásico del cine de terror español y un título de culto en el extranjero.



REC no se quedó como único capítulo de la saga. Los artífices de esta película han llegado a sacar adelante otros tres títulos más junto al que nos ocupa, REC 4 Apocalípsis (2014). La segunda entrega, REC 2 (2009), volvía al edificio de pisos de las ramblas barcelonesas, pero esta vez los protagonistas eran un equipo de élite junto a un dudoso doctor en busca de una cura para el virus. Ángela Vidal (María Velasco), heroína de la primera entrega, volvía a asumir un gran peso del protagonismo de la película. Quizás mal comprendida por el público REC 2 necesitaría una revisión por parte de muchos para ponerla en su lugar: desaparecido el efecto sorpresa de la primera REC, su secuela se dedica a ampliar notablemente la mitología de la saga, a añadir muchísima acción y dar un mayor protagonismo a otro de los iconos -junto a Angela Vidal- que nos dejado REC, la terrorífica y zombificada Niña Medeiros. REC 2 fue nuevamente codirigida por Jaume Balagueró y Paco Plaza; no sucedería lo mismo con REC 3 Génesis (2011), dirigida a una sola mano por Paco Plaza, quién realiza un cambio de registro radical para la saga, eliminando el estilo visual del found footage y añadiendo cantidades desmedidas de comedia gore y algún toque de humor hispánico. Sin duda ha sido la más controvertida de la saga, teniendo detractores que abogaban por una continuidad más purista y otros que se mostraban alegres de que REC se hubiera reinventado. De cualquier manera REC 3 Génesis es una película de «infectados» muy notable y bien realizada, y además muy divertida.



Tras REC 3 Génesis tres años tuvieron que transcurrir para que  Jaume Balagueró preparara el regreso de la heroína Ángela Vidal en lo que sería el último capítulo que ¿cerraría? la saga, REC 4 Apocalípsis, película que retoma los acontecimientos de la primera parte, comenzando su metraje con un nuevo asalto de las fuerzas especiales al piso barcelonés, esta vez para convertirlo en cenizas; tras el ataque de varios infectados al equipo militar aparece en escena Ángela Vidal, la siguiente secuencia comienza con estos supervivientes despertando en un barco en mitad de alta mar. REC 4 Apocalípsis es una apuesta por la acción y la diversión, Balagueró deja que en ocasiones el guión haga aguas para dar salida a una trama llena de acción, una historia claustrofóbica y sanguinolenta, más cerca de la película francesa La Horde (2009) que de la primera 28 Días Después. La historia también incluye a un puñado de mad doctors, unos cuantos militares cachas y una tripulación que no quiere hacer muchas preguntas.



Balagueró vuelve a cambiar el estilo visual del film con respecto a las dos primeras entregas. Queda atrás el formato cámara en mano para imponer una visión más clásica y dar más juego a complejas escenas de lucha, a unos tiroteos más brutales que los vistos en REC 2, y a unos planos que a veces se nos antojan lo mejor que hemos visto en el género zombie desde hace tiempo. Ahí destaca el gran trabajo de maquillaje de Alma Casal, consiguiendo unos infectados que nos recuerdan a un cruce entre los monstruos la primera REC, 30 Días de Oscuridad (2007) y Demons (1985).



REC 4 Apocalípsis es una gran fiesta, como ha manifestado su director, es una película que tiene elementos de género memorables, que son apreciados y disfrutados con empatía por todos los fans, eso es innegable, sólo hay que recordar la escena de los monos infectados  persiguiendo a Ángela (guiño a 28 Días Después) o las escenas que protagoniza el cocinero del barco, de lo mejor de la película. Los puntos fuertes de REC 4 Apocalípsis son precisamente los que dejan al aire sus flaquezas: la escasa mitología que aporta a la saga – apoyándose más en las referencias de género-, y un guión tramposo y absurdo en ocasiones que sirve de pretexto para que la historia se lance al terreno de la acción en lugar del discurso fílmico. La película La Horde – su fuente de principal inspiración- nos puso la piel de gallina cuando veíamos a esas hordas de zombies repelidas a tiros por unos delincuentes, ahora vemos en REC 4 Apocalípsis como los infectados son abatidos a tiros y cuchilladas en los estrechos pasillos de un barco, pero para ello los protagonistas tienen que tomar todo tipo de decisiones absurdas y fuera de tono; también se facilita el avance de la historia (como el momento de la huída de Ángela) con trucos de aprendiz de guionista que pueden hacer sonrojar a cualquier amante de la saga ¿Es una comedia? No, lo que ocurre es que la historia de REC 4 Apocalípsis podría funcionar pero el guión no está a la altura de las circunstancias, en La Horde sí lo estaba.



Los que se acerquen al cuarto capítulo de REC deberían hacerlo sin muchos prejuicios y sin esperar que la película de Balagueró les suponga un antes y un después en la experiencia de género que todos buscamos. Los fans encontrarán mucha diversión, mucha acción y algunas simpáticas novedades que ya hemos comentado pero no será la película que cierre la saga con broche oro. Queda el final abierto, y de Apocalípsis más bien poco. Los aficionados deberán tomárselo con calma y disfrutar del espectáculo y como colofón echarle un ojo a la interpretación Héctor Colomé en el papel del Dr. Ricarte, un mad doctor a listar en los anales de los villanos del cine de terror español.

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