hell poster

El pasado fin de semana tuvo lugar la 9ª Muestra Syfy de Cine Fantástico. Esta vez ha sido en los madrileños cines Callao donde la Muestra nos ha traído un puñado de títulos que resumen el panorama fantástico del año 2011. Entre ellos, la vampírica Stake Land, la brutal The Woman, o la interesante Apollo 18, dirigida por el español Gonzalo López Gallego. Y para no dejarnos un buen título en el tintero debemos mencionar también a Hell (2011), una película alemana de corte apocalíptico producida por el también germano y catastrofista Roland Emmerich.

Hell es una de esas películas modestas que bebe de fuentes fácilmente reconocibles, con influencias que no quiere disimular pero que busca un enfoque narrativo y estético particular, a modo de tarjeta de presentación en un mercado, el fantástico, muy saturado y competitivo. Su director Tim Fehlbaum pone en marcha este proyecto con muy pocos actores y usa escenarios al alcance de la mano, remodelados para construir un estilo visual que oscila entre lo survival y lo brutal.

Las temperaturas de la Tierra han subido diez grados de media y por el día es imposible salir exterior sin cubrirse el totalmente el cuerpo. La naturaleza está devastada y el agua es un bien escaso; también lo son la gasolina y los alimentos, y por todo ello los supervivientes deberán luchar sin cuartel. Algunos de ellos se han organizado en partidas buscando un sustituto a la escasez de carne fresca: la carne humana. Ante este panorama apocalíptico cabe poca esperanza y nuestros protagonistas vagan por las carreteras rastreando cada rincón de lo que una vez fue la civilización, buscando en coches abandonados, máquinas expendedoras o  tanques de las gasolineras, los recursos que les permitirán sobrevivir un día más.

Comenzada la película y tras una escena introductoria, el sol hace acto de presencia con una cegadora luminosidad, transmitiendo una imponente sensación de peligro, reforzada por la fotografía de la cinta, sobrexpuesta y con una gama de colores tan escasa que en ocasiones llega al monocromatismo. Junto al aspecto de los protagonistas y lo desvencijado de los enseres que van encontrando en su camino, el realizador acierta en el tono pesimista del film, convirtiendo la primera hora de Hell en una road movie apocalíptica que al ocultarse el sol desvela una poderosa estética de cielos grises, suelos quemados y bosques secos. Ahí es cuando podemos reconocer la primera obra referencial que Fehlbaum ha tenido presente para hacer Hell, la reciente cinta de John Hillcoat, La Carretera (The Road, 2009).

El dinamismo de la película termina en el punto de encuentro de los protagonistas con una comunidad caníbal. De un entorno de naturaleza muerta y oxidada, la acción pasa a ubicarse en coordenadas más cotidianas: una granja degradada donde les espera un horror distinto, el de ser sacrificados como ganado por una familia que ha decidido abandonar los principios morales de la civilización, a favor de una supervivencia sucia y cruel. La película llega ahí a un punto muerto donde unos y otros juegan durante un rato al gato y al ratón. Fehlbaum sale de ese peligroso bucle recurriendo a otra obra de referencia, La Matanza de Texas (The Texas Chainsaw Massacre, 1974) -y si se quiere ver un guiño al cinema de la carnage francés, no estaría de más tener presente a Frontiers (2007)-.  El desenlace de la cinta se sublima en dos escenas memorables, las mejores de la película. Una, la de la despensa de los caníbales –nuevo guiño a La Carretera- y otra, más original, en la que los caníbales persiguen con aperos de labranza a un grupo de supervivientes bajo un sol cegador. Esta escena está realizada con tan buen tino que a pesar de la saturación lumínica, permite apreciar y disfrutar de una salvaje cacería en mitad del apocalipsis climático.

Para terminar, un final redentor para una película que no quiere ocultar sus débitos, pero que legítimamente puede reclamar un hueco dentro de las producciones fantásticas del 2011, y que podría competir sin problemas con la mejor cinta americana fantástica de serie B. Se hace necesaria ahora una triste reflexión: el menosprecio al cine de género europeo –a excepción de la industria francesa-, que es marginado de forma sistemática por el stabishment, aún cuando el cine de género está atesorando valores fílmicos que ya son una referencia para aficionados de dentro y fuera de sus países de origen.

 

 

2 COMENTARIOS

  1. Esta me la apunto, tiene toda la pinta de gustarme. Joer, eres una mina para descubrir peliculas del genero fantastico. De las del gore mas brutal que tambien tocas, la verdad es que paso un poco mas…..Cuidate

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