Crítica de Dance of the Dead, póster y cartel

Crítica de Dance of the Dead, una comedia de zombies

Título: Dance of the Dead. Año: 2008. Duración: 95′ Director: Gregg Bishop. Guión: Joe Ballarini. Música: Kristopher Carter. Fotografía: Geroge Fencht. Reparto: Jared Kusnitz, Greyson Chadwick, Chandler Darby, Carissa Capobianco, Randy McDowell, Michael V. Mammoliti, Mark Lynch, Justin Welborn, Mark Oliver.

Dance of the Dead (2007) es un film cuyo aterrizaje era obvio a la vista del desarrollo del género zombi en este nuevo revivir que está experimentando. La combinación de zombis y teenagers no es nueva y durante los años ochenta se realizaron películas cuyas señas de identidad eran la mezcla de una película de estudiantes al uso junto a la aparición del zombi romeriano. Estos films eran pura exploit que no hicieron sino precipitar la caída del género. Excepto honrosas y graciosas excepciones como el Terror llama a su puerta (Night of the Creeps, 1986) -que además guarda muchos paralelismos con Dance of the Dead– hubo películas cuya ínfima calidad y manidos argumentos relegaron y denostaron al zombie.

La producción Dance of the Dead supone, al contrario, un espaldarazo al género. Un film que lo engrandece buscando nuevas fórmulas y matices. Desde la calidad de los maquillajes y la ambientación, hasta la caracterización de los personajes, la película se convierte en una delicatesen de humor teen y zombis que el espectador agradece y relame con gusto. Si bien el arranque es un poco flojo hasta que se presentan todos los personajes, el punto de comienzo de la acción es una carrera frenética que recorre todos los rincones de una ciudad amenazada por las mortales consecuencias de la polución de una central térmica. En Dance of the Dead La resurrección de los muertos tiene origen en la contaminación provocada por esta central, originando un zombi al estilo Romero más ágil y resuelto pero con algún que otro punto débil, como veremos más adelante.

Un pueblo suburbial americano se prepara para el célebre baile de graduación. Coincidiendo con esa fecha, los difuntos del cementerio deciden levantarse de sus tumbas zombificando y devorando a cuantos encuentran a su paso. En esta tesitura, algunos adolescentes logran hacer frente a los zombis: freaks miembros del club de ciencia ficción del colegio, una banda de punk, la reina del baile, un repartidor de pizzas…marginados y triunfadores de su colegio serán la primera línea de defensa  frente a la horda de muertos vivientes.

Escenas para la hilaridad, y quizás para la posteridad, muchas y muy buenas en Dance of the Dead: el descubrimiento de la música rock como método de distracción para unos embelesados zombis,  el baile de los muertos vivientes a ritmo de punk rock (la mejor de todas), aquella en la que dos jóvenes recién zombificados se dan un buen lote en el baño, o el combate en la funeraria son momentos impagables. En el aspecto formal, se rinde homenaje a George A. Romero con una escena de canibalismo prácticamente copiada de El día de los muertos (Day of the Dead, 1985) y a la cabeza parlante y sedienta de sexo de Re-animator (1985).

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Como apunte para curiosos hay que reseñar que en España Dance of the Dead se vendió como una producción de Sam Raimi. En los títulos de crédito yo no pude ver el nombre de Raimi por ningún sitio, así que animo a los aficionados a que busquen esa referencia, pero me da la impresión de que ha sido solamente un truco publicitario.

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El género zombi vive un gran momento. Tras la exitosa película de Zack Snyder, El Amanecer de los Muertos (Dawn of the Dead, 2004) y la reinvención del género con Danny Boyle, las producciones se multiplicaron como hongos e incluso sacaron de su retiro al maestro de maestros George A. Romero. Se ha generado exploitation, sin duda, pero es un exploit que goza de buena salud y respeta sus raíces, eso es importante. Así lo demuestra el grindhouse de Planet Terror (2006) y Zombie Strippers (2007) o la serie de televisión Set Dead.

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A la espera de proyectos de envergadura que se encuentran en fase de preproducción: World War Z, Island of the Dead, la tercera entrega de la saga de 28 días después, 28 Months Later, o la épica Army of the Dead, podemos disfrutar de productos como Dance of the Dead, película que aporta gran dignidad a este género que esperemos tarde en ser fagocitado y olvidado por el público, como sucedió hace veinte años y como inevitablemente sucederá en un futuro. Así es la historia del cine de género, su parálisis y su reinvención es necesaria para su supervivencia y disfrute de los aficionados de generaciones futuras.

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