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Vamos con las últimas reseñas de los títulos que hemos visto en el Festival de Cine Fantástico de Sitges 2018: The man who killed Hitler and then the Bigfoot, High Life, Anon, In Fabric, Dream Demon y The Green Fog.

The man who killed Hitler and then the Bigfoot

A veces el cine fantástico se mira un poco al ombligo y también mira hacia atrás con nostalgia. The man who killed Hitler and then the Bigfoot se encuentra en esta situación. Un ahora envejecido oficial nortemaericano consigue asesinar a Hitler antes del final de Segunda Guerra Mundial. En la actualidad vive acompañado de su perro en una pequeña casa y recuerda con añoranza todo aquello que vivió cuando era joven. Una noche recibe la visita de un miembro del gobierno y le propone matar al Bigfoot. Tras sus dudas iniciales decide aceptar la misión y se embarca en una aventura sosegada pero repleta de romanticismo y lírica, un regalo que el género fantástico se hace así mismo. The man who killed Hitler and then the Bigfoot, protagonizada por el veterano Sam Elliot, empatiza con el espectador hasta cierto punto, pero su principal lastre es su ritmo lento y su carencia de altibajos.

the man who killed hitler and then the bigfoot con Sam Elliot

Anon, la nueva ciencia ficción de Andrew Niccol

Hemos visto Anon, la nueva película de Andrew Niccol, en un horario realmente intempestivo, a la 1 de la mañana. Anon se une a High Life y a la espera In Fabric. Es lo que hay y la organización del Festival lo ha determinado de esta manera. Pero vayamos con el breve análisis de esta distopía futurista que es Anon.

Anon está protagonizada por Amanda Seyfried y Clive Owen. Ella interpreta a una hacker informática que piratea la memoria visual de los usuarios. En un futuro, nuestra memoria visual poseerá una interfaz por la que podremos acceder a grandes bases de datos con todo tipo de detalles sobre las personas y objetos que nos encontremos a nuestro paso, el problema es que podremos ser vigilados a través de esta interfaz y, por lo tanto, manipulados. La película de Andrew Niccol pone énfasis a los tonos azulados y grises, creando un universo prácticamente monocromático, muy acorde a la frialdad de una sociedad donde esa memoria visual tiene un gran peso en las relaciones humanas y los recuerdos. Las interpretaciones son más que correctas, con el dúo protagonista en el eje central de la trama, por ende, romántica. Se echa de menos una puesta en escena un poco más arriesgada ya que carga todo el peso de la misma en el minimalismo de los elementos (calles, coches, habitaciones, los pasillos de los edificios) y en las interfaces de los personajes. Anon es un título interesante y supone el comienzo de la recuperación de un realizador que ha estado un poco desperdiciado para el mundo de la ciencia ficción y, con certeza, el tiempo le dará a Anon la importancia que se merece.

Anon, con amanda seyfried

High Life, la incursión de Claire Dennis en la ciencia ficción

A la realizadora francesa Claire Dennis se la puede tildar de ser una cineasta polifacética, su carrera está transitando por todos los géneros cinematográficos. La ciencia ficción es un terreno complicado para cualquier realizador, al menos si se busca un producto realista y serio, evitando cualquier amago de parodia o aproximación al exploit. High Life es una obra contundente y que no da pario a ninguno de estos extremos, es fuertemente realista y se asienta sobre una base argumental tan lejana como posible: en un futuro, a los jóvenes criminales se les da la opción de participar en expediciones espaciales -de incierto retorno- a cambio de la conmutación de sus penas. Estas misiones tienen dos tipos de objetivos, unos científicos y otros claramente enfocados a la experimentación con humanos en el espacio. Los reclusos, encabezados por la doctora interpretada por Juliette Binoche, son sometidos a experimentos reproductivos en la nave que, paralelamente, les acerca a un agujero negro. El estrés, la rebeldía y el seguro fin de sus vidas dentro de la nave espacial generará todo tipo de tensiones, bien retratadas por Claire Dennis, que saca un buen provecho de la claustrofobia de la nave y de la evolución de los caracteres de los personajes, en especial del rol de Juliette Binoche y del que interpreta Robert Pattison, un actor que con su rostro transmite la angustia y el conformismo de una situación que termina inevitablemente en la soledad, el abandono y la muerte. Hay otro protagonista invisible, «el sistema» que ha llevado a los reclusos a tan contundente condena, engañándoles con la promesa del retorno y la libertad. Este sistema se presume cercano a nuestros días por la indumentaria de los personajes en la Tierra, quizás una democracia deshumanizada y girada al pragmatismo, por lo que adivinamos de sus fines expedicionarios. Y como espeluznante detalle recordemos el contenido de la nave que se acopla a la de los protagonistas hacia el final de la película, un guiño a uno de los hitos más importantes de la humanidad, y también de los más crueles.

High Life con Juliette Binoche

In Fabric, brujería y comedia para Peter Strickland

La tercera película del maratón nocturno fue In Fabric, el nuevo título del británico y personal Peter Strickland. Muy diferente a sus anteriores cintas, In Fabric vuelve a ser una apuesta por la creación de una filmografía diversa y muy comprometida con sus gustos personales, este caso remitiéndonos al british horror de los años 60, recordándonos a aquellas producciones de la compañía AMICUS, que combinaban el terror, la comedia y el costumbrismo británico. In Fabric tiene además un punto de psicodelia que podemos tildar de «salvaje», un humor muy negro y una estética más que propia. Hay muchos parecidos a la legendaria Suspiria, de Dario Argento, pero In Fabric solo la toma como un a referencia y emprende su propio camino para ofrecernos una pesadilla lisérgica y enloquecida en torno a un vestido maldito que va causando desgracias a todos aquellos que lo poseen. In Fabric es una película que necesita más de un visionado para poder sacar siquiera la mínima parte del jugo que contiene. Al que suscribe este artículo le supo a poco la proyección, dadas las horas y el cansancio acumulado de un maratón que se alargó hasta las siete de la mañana, pero se atisbaba un obra muy completa y personal, cómica y elegantemente terrorífica.

In Fabric con Marianne Jean Baptiste

An Evening with Beverly Luff Linn, humor no para todos los gustos

Hay chistes y situaciones cómicas para todos los gustos. El humor de Jim Hosking en An Evening with Beverly Luff Linn y el de su anterior película The Greasy Strangler es, como poco, muy particular. El realizador ha creado un universo propio de personajes de temperamento mudable, freaks urbanos que llevan pelucones, grandes mostachos y gafas tamaño Goliat, señoras que visten colores chillones e incluso asesinos en serie de lo más bizarro. Si The Greasy Strangler era un «tómalo o déjalo», An Evening with Beverly Luff Linn es un título más asequible para el público, aparte claro que a cada uno le hagan gracia los chistes de los personajes. Pero ante la oscura propuesta de The Greasy Strangler,  en su nueva película realiza más concesiones; de entrada se trata de una historia romántica en la que hay cuatro personas enfrascadas en affaires amorosos cuyo centro lo ocupa Beverly Luff Linn, poeta, cantante folk de pocas palabras cuando no está sobre un escenario, y de oronda presencia en todo momento. Jim Hosking realiza guiños a la blaxploitation, como también hizo en su primer filme, y el resultado, nos guste o no, es cuando menos notable. Muchos tildan como basura a The Greasy Strangler pues coquetea con esa delgada línea que separa la genialidad desprejuicida de la broma bufa absurda y sin gusto, pero An Evening with Berverly Luff Linn se percibe a un realizador más maduro y asentado que con su mundo propio va a tener mucho recorrido por delante, si es que no lo quema por el camino.

An Evening with Beverly Luff Linn dirigida por John Hosking

Dream Demon, un clásico del british horror

Penúltima sesión del Festival de Sitges 2018 con un clásico del british horror, la cinta titulada Dream Demon, del director Harley Cockliss. La película es un desmadre sin sentido de apariciones y desapariciones de personajes monstruosos, zombis, fantasmas, apariciones, muros que se abren y se cierran a otros mundos. ¿Nos suena a algo? Pues sí, a la mismísima saga de Pesadilla en Elm Street. Y es que Dream Demon y la saga de Wes Craven tienen muchas cosas en común, y hemos de pensar que el realizador norteamericano  se vio copiado descaradamente por Drean Demon; recordemos que la película de Harley Coskliss es de 1988 y la saga de Freddy Krugger comienza en 1982. Pura diversión de medianoche o tarde colegueo es lo que tiene Dream Demon, pero no le busquemos lecturas filosóficas, no las tiene.

Dream Demon de Harely Cokeliss

The Green Fog, cine experimental

The Green Fog, la película realizada a tres manos por Guy Maddin, Evan Johnson y Galen Johnson viene a ser un enloquecido collage para crear una versión de Vértigo, de Alfred Hitchcok, a partir de fragmentos de series y películas rodadas en San Francisco. La mayor parte del material utilizado es de la época en la que se rodó Vértigo pero hay gran parte que es más reciente, marcándose un buen trozo del metraje con el bueno de Chuck Norris como protagonista. Al público le pudo gustar o no, está meridianamente claro que se trata de una propuesta experimental y que no pretende agradar a un público mayoritario.

The Green Fog, dirigida por Guy Maddin

 

 

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