Ficha Técnica

Año: 1972.

País: EE.UU.
Duración: 86?
Director: Brad F. Grinter y Steven Hawkes
Guión: Brad F. Grinter y Steven Hawkes.
Música: Gil Ward. Fotografía: Ron N. Sill.
Reparto: Steve Hawkes, Dana Cullivan, Heather Hughes, Bob Currier, Anne Shearin,Linda Past, Debbie Smith,Sandy Kneelen, Domink Grutta.

O como un grupo de Cristianos te adoctrinan con Serie Z

 

Tras mis dos primeros artículos en CinemasComics sobre “esa” película que llaman Watchmen y una quema inquisitorial contra todo el cine de Batman, vuelvo a Fiebre de Cabina para dejar las cosas claras y el chocolate de piedra en referencia al cine de serie Z. Esta vez es una película de esas que contada por la gente parece la hostia, pero que cuando la ves por fin después de anhelarla tanto tiempo te das cuenta que vale menos que el guano de murciélago. Pero esta vez contare una historia muy divertida sobre esta película, la gentuza implicada en ella y lo dolorosa que es de ver.

Esto va a ser como poco agónico

 

En el Amanecer de los Tiempos, primero hubo unas cuantas amebas. Las amebas degeneradas se adaptaron mejor al entorno que las demás formas de vida y acabaron por convertirse en monos. Luego llegaron los hermanos Lumiére con su cinematógrafo inc y empezó la fiesta de la degeneración de las imágenes en movimiento, el mal gusto, la corruptela y las tonterías de ese estilo. Cuando me sumé al mundo audiovisual hace un porrón de años, estaba claro que estaba equivocado sobre la misma dirección que iba a tomar el mismo . Ahora creo que a todos nos gustaría volver a aquellos «años dorados» cuando al menos un director de cine alguna vez supo hacer algo bien o al menos era una forma de vida basada en el carbono.

Si los hermanitos gabachos comenzaron grabando a gente que salia de la mina o cosas intrascendentes del palo que no contaban absolutamente nada, Georges Méliès fue el verdadero fundador de la Fantaciencia y las historias psicotrópicas, y muchas personas después le imitarían o harían excreciones atómicas de cenagal de caspa ficción como si a alguien le importase una shit. Algo se encendió en las mentes de aquellos futuros creadores y pioneros cuando vieron el famosísimo Viaje a la Luna de este hombre y a partir de aquí empezó una carrera de fondo para ver quien degeneraba mas y mejor en el medio audiovisual. Multitud de victimas cayeron en el proceso de adaptación, pero una de ellas se alzo con el cinturón del cineasta mas chano y pedorro de la historia: y no es otro que el famosísimo Señor Ed Wood. Este artesano del cine que hacia sus supuestas películas con dos putos duros, es mayormente conocido por haber hecho colinas de detritus que fue apilando con pales durante muchos años, encadenando a su vez más y más fracasos en su vida profesional. Pero también fue un conocido miembro del gremio de timadores del celuloide y su historia merece ser contada.

Nació en Poughkeepsie en el Estado de Nueva York en 1924 y estaba llamado a ser alguien grande. Mientras era acomodador en un teatro de baja estofa, se le fue un día la cabeza y decidió unirse a la marina en el 42 (si, en plena segunda guerra mundial). Por lo visto era un soldado cojonudo y llego a acaparar las estrellas de plata y bronce, dos corazones púrpura y la medalla al tirador certero y todo esto gracias a que combatió durante toda la segunda guerra mundial con ropa interior femenina, lo cual lo convierte en el candidato perfecto para una pasarela de la linea de camuflaje de Victoria’s Secret (True Story). Cuando lo licenciaron con honores se estableció en Holywood a partir del 48, lugar que le permitió conocer a Béla Lugosi, famoso actor de películas de terror de los años 30, entre cuyos papeles cabe destacar el de Dracula y que ya en su etapa crepuscular y tras hacerse amigo del degenerado de Ed participaría en sus primeras películas. El primer film importante de Wood fue Glen o Glenda, un docudrama semi-autobiográfico que se convirtió en el debut cinematográfico de Ed en el 53 y la única película no producida por el legendario director. En ella se trataba el controvertido tema del travestismo, en una época en la que este tema no interesaba a nadie en absoluto (excepto al Ku Klux Klan). Pero si por algo es recordado este hombre es por la mítica película de ciencia ficción de bajo presupuesto Plan 9 del Espacio Exterior, una obra maestra de las defecaciones que debería exponerse en todas clases de cine como ejemplo de lo que no debe rodarse jamás. Con escenarios acartonados, monstruos de goma robados de almacenes siniestros, maquillaje del todo a cien, atrezzo de papel mache y un guion apestoso a mas no poder, se hizo una película que pasaría a los anales de la historia como la peor realizada jamas (se nota que la gente no ha visto tanta caspa como yo), pero este film tiene mucha historia.

Justo cuando el fracaso absoluto llamaba a su puerta (o la Muerte con su guadaña, quien sabe) este hombre se encontró con un grupo de gilipollas a los que estafó. No son otros que los miembros de la Iglesia Bautista de Beverly Hills, un grupo de personas a los que les salia el dinero por las orejas y en los que Wood encontró a los primos perfectos. Esta gente tenia dinero como para pagar una película por apóstol y llevarlas al cine, pero Wood mediante feromonas, una boquita de piñón, un par de guiños de ojo y “sabediosque” logro convencerlos para que produjesen su siguiente bazofiada y así, con los beneficios pagarse las películas que ellos querían hacer. Antes de empezar la película, todo el equipo de rodaje fue obligado (por contrato) a ser bautizado en una piscina (no era de lefa) y se pusieron manos a la obra.

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El resultado final todos lo conocemos

 

Paso de hablar del argumento porque para eso hay centenares de webs que hablan de ella, así que yo me voy a los fallos y las humillaciones directamente:

  • La cabina de la nave espacial estaba hecha realmente con una cartulina.
  • En la estación espacial pueden apreciarse un gran número de aparatos electrónicos baratos de la época, entre los que destaca una señal luminosa que robaron de una obra (eso es ahorrar de verdad).
  • Los platillos volantes son llantas de coche movidas con hilos de pescar excesivamente visibles.
  • Algunas de las lápidas y cruces que se ven en la película estaban hechas de papel.
  • Cuando la azafata de vuelo entra a la cabina del piloto y le dice que llame por radio para preguntar por su mujer, la cortina se le queda enganchada en el hombro quedando entreabierta, en el siguiente cambio de escena, la cortina ya está cerrada.
  • El coche de policía cambiaba de modelo de un plano a otro.
  • Hay fallos de raccord claramente visibles de día y de noche en una misma escena.
  • John Breckinridge interpreta sus escenas directamente leyendo, de forma descarada, de un papel pegado en el suelo.
  • Las escenas de Béla Lugosi que usan para la película son de unas imágenes caseras que se agencio el Señor Wood, y que utilizo sin el menor escrúpulo para conseguir mas éxito en su obra cinematográfica.
  • Pero sin duda, lo más curioso de la elección del reparto para la película, fue la elección del hipnotizador y pedicuro Thomas R. Mason como doble de Béla Lugosi, quien fallecido antes del rodaje de la película. Para evitar confusiones, Mason debía taparse la cara con una capa para que el público no advirtiese que no era Lugosi. Mientras Lugosi era ya un anciano decrépito y decadente, Mason era bastante más joven y bastante más alto que Lugosi lo que daba lugar a una serie de planos donde la diferencia entre ambos era infumable.

Gracias a esta película y unas cuantas mas del palo, se convirtió en un héroe a nivel mundial, y si algo nos ha enseñado este hombre es que la perseverancia y el subterfugio te pueden acabar llevando a buen puerto, o bueno, a algún puerto. Lo mas triste es que murió solo, borracho, fracasado y con la gente recordándole por las chabacanerías que hizo, pero alguno que otro aprendería de su gran ejemplo en el mundo del celuloide.

Y estos héroes no tardarían mucho en llegar

 

Si algo demostró Plan 9 del Espacio Exterior fue que juntar Serie Z con Cristianos significaba crear un producto inferior y bastante alucinógeno. Pero hay gente que no aprende de los errores de los demás, por lo visto. La historia comienza con dos cristianos de pro que decidieron a principios de los 70 rodar una película para alentar de los peligros a los que se enfrentaba la humanidad en el futuro como los productos químicos, el sexo prematrimonial, las drogas y los transgénicos entre otras cosas. Estos dos gilipollas eran Brad F. Grinter un conocido director de serie Z y Sexplotation (un verdadero maestro Pokemon experto en sacar provecho de las formas más vergonzosas posibles) y Steve Hawkes un tío conocido por ser un Tarzan de baja calidad agilipollado y ñoño. Parece ser que Jesucristo se les presento en persona y les dijo que tenían que salvar a la animadora para salvar el mundo (o algo así) así que se convirtieron en los paladines de la subnormalidad cristiana profunda y le siguieron el juego decididos enteramente a salvar a la juventud Norteamericana de ese peligro tan terrible como eran los “porros”. Y sin mas dilación se pusieron a crear esta deleznable montaña de basura insalubre que titularon Blood Freak (1972).

blood-freak-cristianismo-y-drogasEl primer problema con el que se toparon fue el de como atraer a los jóvenes a las salas de cine. Con caramelos y golosinas estaba claro que no, y prometerte un porro mientras veías el film (cuenta la leyenda que si lo haces mejora el visionado de la cinta) parecía bastante hipócrita. Tampoco se acercarían si era un drama costumbrista de una familia tocada de lleno por la venta y distribución a nivel local de “Cristal Azul” (eran los setenta, jamás hubiesen entendido Breaking Bad), o una película en la que un tío consume todo el material del camello de enfrente de su casa y luego se convierte en un zombi sin motivaciones (véase que no me refiero al muerto viviente) que luego se convierte en un tío improductivo para su país. No, había que ser más directo y hablar el idioma de la juventud de los setenta: ¿y que mejor que con una película de terror Slasher, protagonizada por un pavo licántropo toca-huevos?

La estructura de la película puede considerarse como un montón de estiércol esparcido por el suelo sin ton ni son, aderezados por comentarios del director cada 15 minutos diciéndote conclusiones estúpidas y “científicas” no probadas como para decir que como es cristiano tiene la razón absoluta y que los ateos somos retrasados mentales por no hacerle caso. Pero lo mejor es que al final (ojo Spoilers) la película entera es un sueño húmedo del personaje “pecho lobo” de Steve Hawkes provocado por la lectura de su propio guion, haciéndonos ver que nos han estafado 80 minutos de nuestra vida. La película empieza con muchos desenfoques y movimientos de parkinson de cámara e intentando presentarte a Hershell, un motorista rollo “Born To Be Wild” pero a lo cutre, que ademas es el clásico veterano del Vietnam, lo que quiere decir que es mas duro que los clavos de un ataúd. Por casualidades del guion conoce a Angel (que casualidad de nombre) una cristiana loca y devota que lleva un cinturón por falda, a la que ayuda en la carretera a no se sabe el que, porque toda esta parte es con música midi pero sin decir ni siquiera “Yo Tarzan, Tu Jane”. Hershell acompaña como buen caballero cristiano a Angel a su casa, que casualmente se ha convertido en un antro de maldad hedionda lleno de Hippies come-flores que dedican su tiempo libre a esnifar pegamento para parecer mas imbéciles, llevar la ropa de sus difuntos abuelos, meterse de vez en cuando algún jeringuillazo en la vena con “Sabediosque”, aderezado todo con zooms hacia lo que NO debes hacer en la vida para ser un cristiano respetable.

Blood-Freak-pavo-asesinoComo veis es el clásico hogar de un cristiano asentado, pero en el, ademas vive la hermana zorruna y pervertida de Angel, Ann, la cual se nota sin duda que es la oveja negra cristiana de la familia porque juguetea con las drogas, va con un top pequeñísimo, un pantalón ajustado al culo para que se vea bien y así los demás puedan tener una insaciable erección cada vez que se pasea por delante de la peña congregada en su casa o en el cine. Hershell, nuestro Dennis Hopper de relleno, que no es un troglodita insensible como puede llegarnos a parecer, tendrá que elegir entre la asexuada, loca y conservadora cristiana o la guapa, calentorra y tentadora pecadora, demostrándonos como hipótesis final que tiran más dos tetas que dos biblias. Pero Hershell es el paladín con mandíbula cuadrada perfecta (un gilipollas por supuesto) que pasa activamente del mamoneo al que le somete Ann, por mucho que lo intente. Pero Ann hará todo lo posible (incluidas posturas loquísimas sexuales en bañador) para que el protagonista pruebe uno de sus cigarrillos de la risa empapados en LSD; llegara a limites como apelar a la falta de masculinidad de nuestro Conan de palo cristiano, para ver si al final consigue sus pérfidos objetivos. Al final consigue que fume porros con ella y mas que parecer marihuana o algo así, parece que se han fumado oxido nitroso del Need For Speed Underground ya que Hershell pasa de la forzada postura de patriotismo, cristianismo y seriedad, a las risas de porretas en poco mas de 13 segundos. Ahora todo el mundo espera que Hershell entre en una espiral autodestructiva de drogas y sexo prematrimonial para terminar en el arroyo como un cualquiera, como en varios millones de películas que se han hecho hasta el momento. Pero no, ese sería el más que previsible y trillado guion de siempre, y lo que querían los mamarrachos que crearon esta película era darle un uppercut directo al espectador, hacerle una llave de Pressing Catch y sacudir sus creencias y la esencia misma de su alma inmortal, para que vea el peligro que conlleva el consumo de todo tipo de mierda (incluida la serie Z espero), así que prepararos para lo peor. En un alucinante giro de los acontecimientos (en piloto automático of course), el protagonista, que resulta que en realidad es un homeless motero en paro, encuentra trabajo en una granja de pavos. Pero el lugar no es más que una tapadera donde un científico ateo que habla como si llevara la boca llena de polvorones navideños hace experimentos de esos que no gusta nada a la religión cristiana. En este momento no puedes evitar recibir una serie de sensaciones contradictorias, como son el hecho de ver la película a resolución del Doom de toda la vida y no enterarte de nada en absoluto, contemplar a los científicos que interpretan con la misma gracia y salero que un tronco inerte y muerto, y que probablemente jamás te recuperes de este carnaval de despropósitos (yo sigo traumatizado desde entonces).

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Antes de ponerse a currar en la granja, hay una agonizante escena de 15 minutos de imágenes de archivo de pavos haciendo el pavo, para ilustrarte que efectivamente va a ir a trabajar a una granja de pavos. Pero esta horrible escena más que parecer eso, parece el momento en el que aprovecha el protagonista para masturbarse delante de los pavos y darse una alegría al mondongo en vez de parecer otra cosa. Si no veis esa escena jamas me entenderéis.

Su primer trabajo a cambio de un poco mas de pasta para sus vicios de drogadicto es el de meterse entre pecho y espalda pavos modificados genéticamente para no se sabe el que (¿para resistir la tontería cristiana? Ni idea). Pero como eso de consumir drogas a diario te da mucha hambre por lo visto, el tío se lo zampa de una sentada y mas que parecer un cerdo comiendo, parece un pato tragando. Por supuesto después le vienen nauseas de embarazada, sudores fríos, mareos pre menstruales y cosas así, y acaba en el suelo con un tembleque epiléptico de cagate lorito. Y en este momento es cuando descubrimos atónitos que el consumo de Cannabis mojado en LSD combinados con la ingestión de un pavo con a saber qué mierdas, te puede convertir en un abrir y cerrar de ojos en el pollo gigante que hostia a diario a Peter Griffin. Si con una dosis de LSD alucinas durante ocho horas, no me quiero imaginar lo que hacen las seis dosis de golpe (si lo se, te haces el guion de Blood Freak).

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Convertido en un engendro mutante, mitad hombre en camisa de chuloputas, mitad mascota del Kentucky Fried Chicken, Hershell se dedica a perseguir y asesinar a “drogotas”, para acto seguido beberse su sangre como hacia el Monstruo de las Galletas con las cookies que se tragaba (tirándolas al suelo y parecer que comía de eso). Pero si esto no es suficientemente vergonzoso, la única señal para confirmar que lo es, seria ver en la puerta de tu casa llorar a lagrima viva al niño Jesus, pero no es así y casi que mejor.

Sus colegas porretas tardan en aceptar la ligerísima transformación de Hershell (algo así como unos cuantos días, resumidos en un par de escenas), pero finalmente lo llevarán con normalidad gracias a los esfuerzos de Ann que trata de hacerles comprender que está pasando por un momento especialmente delicado de su vida. Sin embargo, ella comenzará a preocuparse cuando piense en cómo narices va a mantener una relación con un engendro mutante así y qué clase de hijos bastardos tendrá con él. Las típicas preocupaciones que tiene toda mujer en su vida; lo normal, vamos; sobre todo cuando tu noviete se ha convertido en un pavo transgénico licántropo homicida. Lo único que consigue es calentarse la cabeza y parecer mas tonta de lo que ya es, y todo para nada.

Pero, además de matar yonkarras y de, posiblemente, pasar panfletos en contra de los condones (para los cristianos el preservativo es el mayor genocida de la historia), el temible monstruo mutante también mata abueletes que se deshuevan de la risa a cámara y que pasaban por allí, convirtiendo esto en una vergüenza fílmica como pocas veces se ha podido ver en la historia del cine, que ni en las peores producciones turcas han tenido jamas huevos a hacer.

Los asesinatos se acompañan siempre de un insoportable midi de los setenta que es puesto una vez y otra vez y otra… con el mismo grito pregrabado que sueltan todas las mujeres por igual y que se oye hasta que decides que cogerás a los creadores por banda y les meterás un brazo entero de culturista por el culo. Decir que los actores son pésimos, es decir mucho, al igual que decir que son actores. Todos parecen que estén leyendo un cómic de la terrible linea Franco-Belga en lugar de intentar, al menos intentarlo, interpretar, entonar o dar un mínimo de credibilidad a lo que están haciendo, en vez de parecer que estamos ante gente que habla en el día a día con una voz monocorde y sin sentimientos. Obviamente, quien lo da todo y más allá del limite mortal o divino es Steve, como podemos llegar a ver en su esforzadísima y loquísima interpretación del momento en el que le entra el “chimpancé”.

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Lo peor es llegar a saber si a los responsables del film no les queda claro si la juventud entiende el mensaje, a pesar de la obvia moraleja de cuento de los hermanos Grimm de la película y de las conversaciones pro-cristianas con frases tan reveladoras como “A Dios no le gustaría que mancilles tu cuerpo con drogas” ¡A TOMAR POR CULO!. No se les ocurre otra cosa que cargarse el ya de por sí inexistente ritmo frenético de Slasher del film, insertando porque les da la real gana y a lo largo de toda la película, multitud de escenas del director hablando directamente a cámara y explicando lo obviamente obvio: Que las drogas son malas. Mejor sera que recéis a Dios antes de que os fulmine con su lluvia dorada de acidez extrema. Pero no os preocupéis, según él, tiene datos científicos que avalan sus afirmaciones y aunque no muestra a cámara ninguno de esos datos y solo tenemos su palabra, suena a que también es de esos que se creen la patraña del “diseño inteligente”.

Pero la cúspide de la mierda total es precisamente este bastardo narrador de los cojones. Es una especie de Vincent Price de palo que fuma, pero fuma mucho, más que Constantine, y ya es decir. Imaginaros la paupérrima escena de un tipejo cualquiera soltando el sermón de que el cuerpo del ser humano es una vasija diseñada por Dios y que meterle química no es lo correcto, mientras se fuma un cigarrillo detrás de otro y a su vez vomita hasta los pulmones, demostrando finalmente que no tiene ni puñetera idea de hacer cine, ni de dar consejos de ningún tipo a nadie. A todo esto debemos sumarle todos los errores técnicos posibles, con planos desenfocados, una iluminación de puticlub que hace que te enteres menos del argumento y con movimientos de Ska con la cámaraque reflejan la desgana con la que filmaban y que querían terminar de una puta vez esta película. Pero el final es de lo mas alucinante, el pavo licántropo después de degenerar y beber sangre como si no hubiese mañana, aparecen los amigos porretas de Steve que acaban decapitándole en un Finish Him de mierda (momento en el que decapitan realmente la cabeza de un pavo de verdad) y se acaba convirtiendo en comida de hippies de Woodstock. Pero luego te hacen un final como el de Los Serrano y ves que todo es un sueño húmedo alucinatorio del protagonista sobre lo que te puede pasar si haces lo que hace el Tarzan de tres al cuarto este, convirtiendo a los creadores del film es un grupo de estafadores sin escrúpulos.

Por lo visto en la película, fumar porros con LSD y comer transgenicos, te puede convertir en un gigantesco pavo que pierde la cabeza y le da por beberse la sangre de unos cuantos moñas (si hubiese sido inteligente habría hecho como Lestat y lamerse directamente las compresas), aunque esto no es nada comparado con los efectos psicótico–maníaco-depresivos que provoca el visionado de esta PUTA BASURA DE CENAGAL REBOZADA EN EL VÓMITO MASTURBATORIO DE SATANÁS. Si lo que pretendían era evitar el consumo de drogas, no pudieron hacerlo peor ni queriendo, y es que la cinta logra todo lo contrario, ya que mientras la ves te dan ganas de inyectarte plantas transgenicas por vena recomendadas por JM Mulet (aunque todo el mundo dice que esta comprado por las multinacionales, pero yo no apoyo esa hipótesis) directamente a la yugular a ver si lo superas.

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