30 dias de oscuridad cartel

Año: 2007. País: EE.UU. Duración: 113′. Director: David Slade. Guión: Steve Niles, Stuart Beattie, Brian Nelson (Cómic: Steve Niles, Ben Templesmith). Música: Brian Reitzell. Fotografía: Jo Willems. Reparto: Josh Hartnett, Melissa George, Ben Foster, Danny Huston, Manu Bennett, Kate O’Rourke, Mark Boone Junior, Craig Hall, Joel Tobeck.

NOSFERATU EN LA POSTMODERNIDAD

Las adaptaciones de la novela del irlandés Bram Stoker…osea, Drácula, ya se cuentan por cientos, si es que no han llegado ya al millar, teniendo en cuenta las teleseries, películas de serie B y adaptaciones inconfesas; hasta hay un Drácula turco, Drakula Instanbulda (1953), un conde vampírico que se asustaba cuando le enseñaban el Corán. Que tiempos aquellos para la cinematografía turca, hoy impensables debido al extremismo islámico que gobierna el país, que sin dudarlo echarían a la hoguera el celuloide de esta película, si es que se llegase, hoy en día,  a encontrar alguna copia en un estado aceptable. Y es que Drácula es el mito inmortal que ha sido adaptado a la cultura musulmana, a la blaxploitation (Blacula, 1972) y hasta al universo del kung fú (Kung Fu contra los 7 vampiros de oro, 1974). Las primeras adaptaciones de Drácula pretendían ser más o menos fieles al esquema argumental de la novela, pero el agotamiento de la fórmula reclamaba a voces la transformación del mito vampírico en algo distinto, sin que por ello perdiera  algunas de las señas identificativas que señalaban al conde transilvano como padre de todos los vampiros; entramos en el era de la posmodernidad, donde cualquier mito o fórmula clásica es objeto de deconstrucción.

30 dias de oscuridad con Josh-hartnett

Frente a la visión clásica y arquetípica del vampiro como Drácula (1931) de Tod Browing, o el expresionismo de Nosferatu (1922), la propuesta vampírica postmoderna para el año 2007 viene de la mano de la adaptación de un cómic, realizada por un director independiente, David Slade; el nombre del cómic, 30 Días de Oscuridad (30 Days of Night, 2004), creado por Steve Niles (guionista) y Ben Templesmith (ilustrador). El argumento del cómic, estructurado en un miniserie de tres entregas, trata sobre un grupo de vampiros que va a aprovechar que el sol no se va a poner durante treinta días en un pequeño pueblo de Alaska, Barrow, para cepillarse a toda la población humana en un prolongado festín vampírico. El estilo de la ilustración es sombrío y esquemático, con tonos azulados y grises que contrastan con las explosiones de rojo hemoglobínico, todo un goce para cualquiera que tenga algo de sensibilidad ante una obra de este género. Tras el abandono de ambos creadores, el cómic 30 Days of Night sigue su andadura y los artistas originales sólo retomaron su creación en 2008 para el volumen 30 Days of Night: Red Snow, el resto han sido adaptaciones realizadas por otros artistas, que han llegado a crear incluso un spin off de la serie mezclando a los vampiros con el universo y los personajes de Expediente X.

30 dias de oscuridad Vincent

El vampiro creado por Niles y Templesmith ya no se apoya en su carisma como cancerbero y ostentador de las fuerzas demoníacas, radicalmente individualista y heredero de una antigua estirpe. El nosferatu de 30 Días de Oscuridad es un vampiro gregario, necesitado de liderazgo y que actúa en manada, con un sentido de la individualidad difuso, más cercano al zombie caníbal que al no-muerto de Stoker. El liderazgo en el clan es necesario no obstante, dejándoles entrever cierto carácter emocional -la relación amorosa entre el líder del clan y una de las vampiras- reminiscente de su pasada existencia humana, aspecto que en el Drácula de Stoker se resolvía con un discurso nostálgico sobre la estirpe del conde transilvano.

30 dias de oscuridad barrow

David Slade recibe en sus manos el proyecto de la película 30 Días de Oscuridad (30 Days of Night, 2007) tras el éxito de la cinta independiente Hard Candy (2005) y el buen rosario de críticas que cosechó,  cinta en la que el realizador demuestra su maestría para controlar las situaciones de suspense y tensión narrativa. Aunque 30 Días de Oscuridad ha tenido ya una secuela más barata y con menos repercusión mediática, 30 Days of Night: Dark Days (2010), y una miniserie, la calidad artística de la película de Slade barre cualquier intento siquiera de acercarse al espíritu mainstream pero transgresor de su obra. Es este un título que brilla con luz propia en el Olimpo del cine de vampiros, una reinvención de la llegada del vampiro en un barco varado en un mar helado, y la propagación del Mal de forma imparable y tan cruenta como hasta entonces no se conocía. La adaptación del cómic está muy acertadamente fotografiada, respetando la atmósfera helada y de color azulada que muestra el original, y desarrollando texturas gélidas y oscuras que provocan la inmersión del público en un ambiente agreste y desolado; a crear este clima sombrío también ayuda de forma definitiva el poderoso y oscuro score de Brian Reitzell.

A la amenaza vampírica, la naturaleza -y los vampiros, como los humanos, son parte de ella-, es otro de los escollos que los protagonistas deben salvar, tanto por la extrema duración de esa noche sin fin, como la de una climatología que sólo parece favorecer a los invasores. En el apartado del elenco, los protagonistas John Hartnet y Melissa George -ahora convertida en actriz  referencial del fantástico gracias también a su intervención en A Lonely Place To Die (2011) y Triangle (2009)– forman un dúo bien engranado como las dos caras, masculina y femenina, de la resistencia y liderazgo de los humanos supervivientes contra los vampiros. Al otro lado de la calle, el patriarca vampírico está interpretado por Danny Houston, un Drácula postmoderno que imprime una gran carisma al personaje, y que hasta cuenta con su propio fanático y mugriento Renfield, el correcto Ben Foster; el aficionado que no vea en 30 Días de Oscuridad un contundente ejercicio de postmodernidad es que está un poco cegato.

30 Days of Night con Ben Foster

La película no se muestra mojigata a la hora de las escenas más duras. Hay muchos momentos que se podrían destacar. En conjunto, todos los asesinatos y ataques de los vampiros -con una caracterización grotesca y terrorífica, respetuosa con el aspecto que muestran en el cómic- son cruentos, implacables y deleitables para el fan más gore, aunque si hay que añadir una carga dramática a esos momentos climáticos; quizás la decapitación de un incipiente vampiro en un columpio infantil, o la pelea en el triturador de basuras serían los dos más potentes visualmente, exhibiendo un gore sanguinolento de tono muy oscuro y textura espesa, aspecto visual que marcaría un antes y un después en la resolución de escenas gore y sería copiado más tarde en otros  filmes como 28 Días Después (28 Days Later, 2002).

30 dias de oscuridad con Melissa George

Poco malo hay que señalar de esta película, quizás un final demasiado fácil y apresurado para el público de una sala del cine, esto es, la muerte del vampiro interpretado por Danny Houston que es eliminado por un cuasi revenant Josh Hartnet de una manera muy expeditiva, aunque por otra parte, así es cómo lo dicta el cómicm, y en todo momento el guión de la película es absolutamente respetuoso con la obra impresa.

30 dias de oscuridad vampiros

La carrera de David Slade parece haberse estancado en esta obra maestra del cine de terror. Tras 30 Días de Oscuridad, el realizador dirigió una de las entregas de la saga Crepúsculo, Eclipse (2010), y después mucha televisión, pero de cine nada. Es una pena que un talento como el de Slade se pierda entre las ondas de la televisión y no realice alguna película que dé un puñetazo en la mesa y vuelva a marcar un hito en el género. Hard Candy y 30 Días de Oscuridad han demostrado la valía del director para afrontar el género con talento y perspectiva. Esperemos que vuelva  al ruedo del fantástico cinematográfico, seguro que le sacarán a hombros y por la puerta grande.

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2 COMENTARIOS

  1. Por fin alguien que también le gusta. Para mi una de las mejores rodadas de este genero en los últimos años. Con unos vampiros que son eso…Vampiros y un clima creíble y sangriento. Como debe de ser.

    Muy buena película dotada de ese aura que solo se consigue de vez en cuando. Cuando fotografía y ambiente se juntan con una historia que contar y alguien que sepa hacerlo.

    La segunda parte por cierto era mala de llorar, ni termine de verla. Cuidate

    • A mí me parece impresionante, y muy fiel al cómic en todo, lo cual ha servido, creo, para que los verdaderos aficioandos la reconozcan como una gran película de vampiros.

      La segunda parte me entretuvo pero claro, es que ya no hay oscuridad, no hay nieve, y encima está hecha con un presupuesto ínfimo comparado con la original. A ver si se animan y hacen la tercera parte de la trilogía, que es de nuevo en Barrow.

      Un saludo!

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